JARDIN DEL ESPACIO SALTO DE ROLDAN (2012-2013)


Con la construcción del jardín junto al Centro de Interpretación de Sabayés se completa la última fase del Espacio Salto de Roldan. Desarrollado en 4 etapas, este proyecto ha sido un ejemplo de gestión cabal, adaptando en todo momento los trabajos y los presupuestos a las posibilidades de inversión del municipio de Nueno.
Tras el edificio del centro, la urbanización de sus accesos y el desarrollo de los contenidos, esta intervención termina de colonizar la parcela del proyecto extendiéndose como una gran mano abierta al paisaje. El jardín, que agrupa los ámbitos representativos de los diferentes ecosistemas de la zona, presenta un recorrido palmiforme, trazado por a un murete que se pliega sobre sí mismo, y en cuyo centro se forma una pequeña plaza a modo de espacio recibidor, que permite al visitante contemplar la totalidad del jardín antes de comenzar a transitarlo.
Al igual que el edificio del centro, el murete está gunitado con hormigón tintado y rematado con chapa corten, dando así una visión uniforme al Centro de Interpretación en su conjunto.
En la actualidad, la vegetación está recién plantada, así que todavía tardaremos un tiempo en poder reconocer los distintos ecosistemas del entorno pero, entre tanto, la geometría del muro-guía plegado dibuja ya un recorrido intenso y bien atado al territorio sobre el que se asienta.

El jardín reúne las especies vegetales más representativas del pie de sierra, ya sean comunes o específicas de la zona, entendidas como herramientas para conocer el territorio. De esta forma, el visitante adquiere unos conocimientos básicos sobre las plantas más usuales del entorno, que podrá posteriormente reconocer en todo el pasiaje circundante de la hoya de Huesca.
Las especies están agrupadas en siete zonas, que responden a distintos hábitats, y están ordenadas de manera que representan la evolución que experimenta la propia vegetación, desde su aparición tras el abandono de un campo o después de una perturbación (por ejemplo, un incendio), hasta la consolidación del bosque-clímax, que en nuestro caso es el carrascal o encinar.
Las siete zonas se distribuyen a lo largo de un recorrido continuo que discurre junto al parterre, elevado a su vez unos 60 cmts sobre el camino, facilitando así una percepción sensorial completa por parte del visitante quien, de este modo, puede observar, tocar y oler las plantas, en su mayoría de reducido tamaño, con mayor comodidad. Esto es especialmente importante en el caso de ancianos y personas de movilidad reducida.
Del mismo modo, el recorrido está marcado por una acera que garantiza la accesibilidad y comodidad de la visita, y cuenta con luminarias empotradas, situadas en puntos estratégicos, que al caer la tarde señalan el recorrido e iluminan sutilmente, desde la propia arquitectura, el espacio central.
Cada especie vegetal contará con una ficha de información rápida, que estará también escrita en braille, en la que se especificará, por medio de criptogramas, el nombre común y sus características específicas más importantes.

El jardín, en definitiva, va mas allá en la voluntad de integración del proyecto del Espacio Salto de Roldan a través del uso del territorio como materia prima; por un lado, moldeándolo directamente con su geometría palmiforme y, por otro, haciendo de la evolución natural de la vegetación el centro de su discurso expositivo.