PLAZA DE SAN ANTONIO, HUESCA (2010-2013)


Al sur de la Huesca medieval se situaba el primer crecimiento extramuros. En esos terrenos, las edificaciones convivían con las huertas que abastecieron a la ciudad durante varios siglos. La zona, sufrió un intenso proceso de densificación durante los siglos XVII y XVIII  y las huertas fueron desapareciendo progresivamente. No será hasta mediados del siglo XX que la Plaza San Antonio aparezca como la conocemos, pero no como espacio público  sino ocupado por el mercado central de la época. Este edificio tendrá distintos usos y, una vez derribado a comienzos del silgo XXI,  el solar resultante hará las veces de aparcamiento en superficie.
En contacto con el casco histórico y con uno de los primeros ensanches del siglo XX, la Plaza de San Antonio nació como una frontera entre los dos mundos. Estamos ante un entorno en el que conviven escalas urbanas diversas y delimitado por calles de muy distinta condición.
El año 2010 el ayuntamiento de Huesca arranca el proceso de peatonalización de la ciudad con el objetivo principal de devolver el protagonismo de la calle al peatón, limitando el uso de vehículos particulares y eliminando el aparcamiento en superficie. Como primera fase y etapa obligada se plantea la construcción de un parking subterráneo capaz de asumir el estacionamiento de todos los vehículos que, hasta la fecha, aparcaban en superficie. Al mismo tiempo, la cubierta de este nuevo equipamiento estaba llamada a convertirse en la plaza-vestíbulo del futuro centro peatonal.
La  plaza San Antonio es elegida por el ayuntamiento como el espacio adecuado para ubicar el aparcamiento por su condición de solar en aquel momento y por su situación en el entramado urbano oscense. El plano sobre el mismo adquirirá por tanto la condición de espacio público peatonal de la que nunca había disfrutado. Al mismo tiempo la operación cumplirá un doble objetivo a nivel urbano, por un lado ayudará a coser las distintas tramas urbanas y sociales que la circundan y por otro,  se diseñará una plaza equipada, con espacios para el juego, el descanso, las actividades culturales y de relación ciudadana.
La construcción de la nueva plaza San Antonio nace de una voluntad de integración activa en su contexto. Incorpora como base de su diseño las trazas de las calles que la delimitan así como los elementos emergentes del aparcamiento. Sobre la retícula que dibujan todos ellos, un segundo orden reconoce los flujos  peatonales y la pendiente natural. Finalmente, en base a este tablero recién dibujado, los elementos que componen el equipamiento se disponen delimitando el espacio central.
Estas construcciones que pueblan la nueva plaza están específicamente diseñadas y situadas pensando en el uso para el están destinadas. Así la pérgola pensada para los mercadillos se sitúa en continuación de la calle Caspe, la zona de juegos de niños abraza la caseta norte del parking haciéndola desaparecer con su abrazo, se disponen dos zonas de asiento, una soleada y otra en sombra, preparadas una para cada estación y la vegetación perimetral se erige en telón verde de fondo para todos ellos. Todas las piezas se visten con los mismos materiales y comparten una geometría animada de cubiertas plegadas que garantizan la coherencia del conjunto y la construcción de una identidad propia.
Este nuevo espacio urbano ha resuelto con solvencia  su doble condición de puerta sur de acceso al centro peatonal pero también de articulación entre la Huesca histórica y la contemporánea. Inserta en una trama compleja, la Plaza San Antonio se ha convertido en nuevo escenario para el paseo y la convivencia.